¿Cuándo una Relación es Adictiva?
Este post trata de abrir un debate y aportar datos que ayuden a quienes pudieran estar atravesando una relación adictiva. Vamos a analizar algunos hábitos que nos indican cuando se es codependiente:
-Conformarse con lo que 'hay'. Las 'cláusulas' de encuentro físico o llamadas, las determina una sola de las integrantes y la otra, se allana y acepta.
-No tienes objetivos propios (trabajo, estudios, salidas con amistades, deportes) y si los hay, son postergados al instante, para estar a disposición de la otra persona.
-Se suele regalar objetos materiales cuyo costo excede el propio presupuesto. A veces son verdaderamente caros: a mayor ‘amor’ más desmesura y ningún límite.
-Dependencia del teléfono móvil, MSN encendido las 24.00 horas, quedarse 'en casa' por si llama.
-Cumples tareas de desgaste físico: la esperas por horas, realizas encargos para 'ella', cumples tareas por y exclusivamente para tu pareja. No observas reciprocidad igualitaria.
-Luego de un encuentro, te sientes fatigada o debilitada. Como si te faltasen energías.
-Discutes o para no hacerlo, luego de horas o días de disputa, invariablemente le cedes la razón.
-Te sientes molesta si un allegado te hace 'notar' que vives con pocos momentos de dicha y un sinfín de otros, depresiva.
-Celos excesivos cuando compruebas que tu pareja tiene sus tiempos propios, sus salidas (sin ti), sus prioridades no compartidas contigo.
-Ante agravios verbales, físicos o psicológicos, la protesta siempre es débil o postergada.
-Autoestima cero.
-No participas de ningún proyecto presente.
-En el sexo no hay atención a tu placer ni reciprocidad, sino egoísmo de goce unilateral por una de las partes.
Existen muchos otros ejemplos que los lectores pueden aportar: ¿Vale la pena aceptar 'cláusulas' que te perjudican y te reportan más daño que felicidad?
¿Cual es el precio a pagar por estar a disposición de otr@? ¿Perder dignidad, integridad, libertad de movimientos?
En las relaciones adictivas siempre hay dos personas, una de las cuales ejerce un 'poder omnímodo' sobre la otra, una especie de 'fascinación', un estado como 'hipnótico' donde ya no tienes voluntad propia. Tu vida dejo de ser TU VIDA: es 'ella'/ 'él'.
Allí, en ese punto de dependencia, dejas de ser.