Los católicos y evangelistas son chicas histéricas.
Están furibundas porque temen a nuestro voto 37. Mientras tanto, cortan clavos y fierros. Se retuercen y se cuecen en su propio óxido.
Jurassic Park abrió sus puertas y se desbandan los dinosaurios. La baba pleistocena se les desparrama entre rosarios, crucifijos y biblias.
La CHOtton está más perversamente Chota que nunca.
No entienden que estemos tan alegres. No comprenden qué pretendemos con esto del “Orgullo”. ¿Hasta dónde vamos a llegar?
Los hijos dejaron de ser ‘bastardos’, las mujeres votan, los hombres se mansturban y la gente se divorcia.
Y el Universo, como siempre, no se desploma.
Alguien está faltando a la verdad, pero como no razonan, no sospechan.