Una tal Rosa Parks  

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Un artículo de Bruno Bimbi, titulado “El asiento de atrás”, comienza contando una historia:

”Había una vez una humilde modista negra llamada Rosa Parks. Era negra en una época y un lugar en el que ser negro era difícil. Nació en 1913, en Montgomery, Alabama, uno de los estados más racistas de ese sur de los Estados Unidos que fue a la guerra contra la abolición de la esclavitud.

En Alabama, la ley reglamentaba cómo debía sentarse la gente en el colectivo: los blancos, adelante; los negros, atrás. Estaba prohibido que personas “de distinto color” se sentaran juntos y si un blanco pedía el asiento, todos los negros de la fila debían levantarse y buscar lugar en la parte trasera. Calladitos y sin discutir.

Rosa Parks discutió. Dijo que no, que no, que no. El chofer, James Blake, ya la conocía: la había bajado a empujones doce años atrás. Pero era diciembre de 1955, Rosa Parks ya llevaba 42 años siendo negra y estaba cansada de maltrato. Tres hombres negros dejaron sus lugares; Rosa Parks no.

–Voy a pedir que te arresten –dijo Blake.

–Podrías hacerlo –respondió ella, sin imaginarse que esas cuatro palabras (en inglés, “You may do that”) pasarían a la historia.

Rosa Parks terminó presa y condenada a pagar una multa de 14 dólares. Martin Luther King, hasta entonces un desconocido pastor bautista de Montgomery, organizó un boicot contra el transporte público que duró 382 días. Los negros resolvieron caminar. Aunque debieran recorrer kilómetros a pie, no se sentarían más en la parte de atrás. Finalmente, la Corte Suprema declaró inconstitucional la ley de los asientos y esa victoria dio lugar a otras batallas contra la segregación racial en Estados Unidos.”


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Me pregunto ¿cómo se sintió Rosa Parks el día que por fin pudo sentarse, eligiendo, un asiento de adelante?

Soy lesbiana. Desde aquella madrugada del 15 de Julio de 2010, a las 4.05 hs, me encuentro a mí misma, extraña con el mismo cuerpo. Ahora tengo derechos que, hace apenas horas, se me negaron durante 51 años de vida ¿Cómo acostumbrarme a mi nueva condición, a mis nuevas sensaciones?

Aquella madrugada, todos fuimos Rosa Parks. Estoy tratando de comprender, como ella, este nuevo hábito de sentirme una mujer con derechos y me siento extraña. Trémula. Como pidiendo permiso, luego de tanta beligerancia, de tanta lucha, con un muy tímido: “¿Puedo?”. E intentar palpar con la mano extendida, corroborando que la realidad sigue siendo “real” y no una utopía que se corre de lugar en el mapa de los sueños.

Mi cuerpo regresó a casa, pero mi mente sigue en la Plaza, en las largas horas y la fría noche en que me quedé y no quiero volver, porque no puedo. Sigo en estado de gozo y gracia, de suspensión espiritual -ya que de “religiosidad” tanto se habló-, sin poder salir de la Plaza.

El 13 de Julio de 2.010, la víspera, amanecí ansiosa. Me preocupaba una Marcha ultramontana que traía su carga de odio, estigma y desprecio. Me inquietaba los miles de chicos arreados de colegios católicos, esos mismos que son bautizados sin uso de consciencia y que sin consciencia, también, son confirmados en sus epifanías y estrenos de homofobias. Los llevaban de la mano señoras muy señoronas, recoletas y (pre) juiciosas. Las acompañaban señores de ponchos rojos y sobretodo. (sobre-todo “LA” familia) Ellos saben qué les conviene a los hijos propios y ajenos. Saben que lo correcto no se reanaliza, no se reestructura ni muta. Lo “bueno” no cambia, se estatifica. No hay nada que discutir y menos con los “Hijos del Padre de la Mentira”. La Yihad estaba decretada por el Cardenal Bergoglio: Guerra Santa contra el Maligno y sus secuaces terrenos. 

Llenaron la Plaza con ómnibus alquilados, con todas las feligresías de todas las parroquias y otros vinieron a pie, desde las villas o en coches BMW desde Barrio Parque. Eran todos los que estaban y no eran pocos.

Una energía densa e indignada que tenía un objetivo: Impedir. Trabar. Anular. Obstruir.

Un grupo humano, compacto, que le planta batalla a otro: “No quiero que tengas, no quiero que seas, no quiero que existas”. Como no pueden eliminarnos -y los rezos parecen no bastar- la consigna era clara: No a los derechos civiles.

Contrarrestamos la Marcha con lo que tuvimos y salimos a la calle en defensa de la alegría con bocinas, silbatos, cacerolas, ruido… mucho ruido. Hice sonar mi campana hasta que me crujieron los dedos contra el bronce. Éramos los que somos, pocos. Una minoría sublevada. Ardiente. Voraz de libertad. Demandante.

Goliat y el pequeño David. Unos y otros. Los señores y señoras de la Tradición y los descastados. Una minoría que iba a ser aplastada en cuanto Goliat moviera su pie.

No nos importaba el resultado ni la forma de muerte. La luna nos encuentra revoltosos, pacíficos e ingenuos. Entre nosotros nos dábamos voces de ánimos: “Ya habíamos ganado”… y danzábamos en una danza angustiosa y esperanzada.

Cuando regresamos, la Plaza del No seguía en su lugar: organizaditos, en fila, pulcros, obedientes. Gente, evidentemente, no acostumbrada a las manifestaciones. Gente bien y no piqueteros. Gente antiguerrillera. Pero la Yihad continuaba. La campana pesaba guardada en la mochilla y en la garganta una sensación de opresión. Giré la cabeza hacia Callao para no ver. El taxi era una pequeña carroza de garbanzo. No era una princesa, pero me sentía triste y cenicienta.


14 de julio de 2.010.

Era el día prometido. Un día de gala, argentinizado francés: Creyendo en aquello de igualdad, libertad… ¿pero fraternidad?. 

Al titánico Goliat le tocaba ver la concentración desde el televisor. Esta vez, la Plaza era nuestra. Desde las 12. 30 nos acercamos, tímida y espontáneamente, cientos de hombres y mujeres, chicos y chicas sin ómnibus alquilados, sin aparatos descomunales, con banderitas y cintas de arco iris. El Parlamento se veía más hermoso que nunca, como una mujer anhelada y lejana. 

El Palco, a su frente, se alzaba modesto pero digno: “Los mismos derechos con los mismos nombres”. Me aparté de todos y fiel a mi soledad ensimismada, empecé a recorrer la Plaza, en silencio. “Hay que borrar la energía de ayer”, pensé. Y el sol empezó a barrer la basura que Goliat había desparramado: huesos de anteriores enemigos. Indios, judíos, paganos, heréticos, brujas y ahora, como antes… homosexuales. Seguía enamorada de esa mujer altiva y equidistante. Miré hacia el Congreso y pese a todo, de corazón sincero, bendije la democracia. Todos cabemos en esta Plaza, hasta Goliat, me dije.

-“Hay Quórum”, anunció el micrófono. Y los ojos se me empañaron con la furia de un relámpago. Hay quórum es un hermoso vaticinio, en todos los lenguajes del mundo, porque significa que hay algo discutible.

Me gusta caminar sola, viendo a la gente y desenrollando mis recuerdos. Repasé lo joven que fui durante la dictadura. La Plaza de entonces y la de ahora. Mi vida entera se desplegaba como un papel dobladito y amarillento. Mi paso era ahora, lento, pero igual de sublevado. La tierra y el canto enrojecido de la Plaza, pisado ayer por los hijos del purpurado se mostraba, hoy, amable. Banderas blancas y amarillas, o anaranjadas ayer, y de siete colores, hoy. El mismo suelo y distintas suelas. Corroboraciones que da, el simple hecho de patear cachirlas.

La tarde fue un extenuante resistir a pie, matizado con el reparo de algún café. Merodeaban los rumores “un voto a favor”… ¿y si se transforma en un voto en contra?. La precariedad de la vida, nosotros sí creemos en la mutaciones.

Los discursos conservadores eran un racimo de sanguinolencias. Estratificados y rigurosos. Los progresistas se empezaban a insinuar. Desde la vereda de enfrente, tres docenas de soldados de Dios, colgaron en la reja del Parlamento una bandera que no admitía dudas: “Ni unión, ni adopción. Matrimonio entre hombre y mujer”. Hicieron un abrazo humano al Congreso como advirtiendo: “No pasarán”, mientras mujeres y hombres arrodillados, rezaban plegarias para exorcizar al enemigo. Los trapos fueron rápidamente arrancados por las “turbas rojas revolucionarias y ateas” y los valientes soldados de la curia, pusieron pies en polvorosa. La provocación fue desbaratada.

Durante la tarde noche, chicas y chicos abrazados bebían de sus petacas dándose calor mutuamente. Los ojos fijos en la desenfrenada carrera del ir y venir de sus referentes, que buscaban información parlamentaria. Enroques y cambios de opinión de los legisladores. Muchos probaban caballos y cambiaban monturas. Todo era precario. Ser libres… más no del todo.

Con la madrugada, la plaza empezaba a vaciarse. Quedamos los que no concebíamos irnos. Algunos bailaban pasos cortitos para abrigar el cuerpo y el alma. Escuché: “Uno o dos votos arriba, pero con modificaciones” Otra vez la angustia. Iguales, ma non troppo. Una salida negociada al escándalo. La Plaza gritó no y el Plan “B” fue abortado. Aborto. ¿Se puede mencionar esta palabra?.

Empezamos a agitar las banderas. Nos acercamos al palco con las manos entrelazadas, los ojos llorosos, abrazados, esperando escuchar la votación final. Era las 4.05 del 15 de Julio de 2.010 y, en ese magno instante, poco antes de sumergirnos en la gloria, miré hacia el Parlamento. “Te ves hermosa, como siempre”, le dije. Un minuto a solas con vos: Libertad.

De Goliat nada quedaba. Rosa Parks, otra vez, había vencido.

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21 comentarios

de visita ...buenas noches y feliz fin de semana besos Marina

16 de julio de 2010, 13:46

Maga: es cierto, fuimos. nos quedamos, somos david frente a goliat. pero no despreciemos aquellos colectivos que trajeron a la JP evita, a la JP descamisados, a los del MST. Ellos son desclasados. El problema no es que vengan o no en colectivos (para mi eso es nimio). Siempre ha sido discutido como extigma. La movilización social estuvo. El miércoles hubo también colectivos, piqueteros, peronistas, radicales mst, pan y rosas, de todo. El problema no es como vengan, el problema es porqué vienen.
la movilidad me molesta en lo más mínimo. Ahora, ellos que vinieron en colectivos, sí se quejan cuando los otros lo hacen "por el pancho y por la coca".
Creo que esta manifestación, este comienzo de lucha debería ser un momento interesante para ponerse a pensar otras luchas: identidad de género, no medicalización de los trans, de los intersex.
Igualmente, ese momento, el del las 4:05 del jueves 15 de julio será el día más feliz de mi vida.
el de muchos. y eso me alcanza!
besos

16 de julio de 2010, 14:37

Talita:

El texto es largo, pero entiendo que es claro:

Cuando me referí a los "descastados" me refería a nosotros/as: gays y lesbianas. Parias jurídicos, sumidos en la desigualdad por los señores y señoras de "Tradición, Familia y Propiedad". Marcha del 13 (católica y evangelista) que movió un gigantesco aparato económico de la Curia y el Peronismo de derecha, comparada con la Marcha espontánea de ciudadanos del 14-15 de Julio.

Jamás me referí a los compañeros y compañeras de JP Evita, a JP descamisados, ni al MTS, sino a los adolescentes católicos que eran conducidos en ómnibus pagos por colegios católicos privados.

((Sólo por aclarar)).

Un fuerte abrazo

16 de julio de 2010, 15:21

Si, lo sé. solo que me sentí en la necesidad de agradecerles a ellos también.
gracias a nosotxs. maga.

16 de julio de 2010, 15:24

Y comparto plenamente: nuestro próximo objetivo de militancia será luchar por la Ley de Identidad de Género para compañeras y compañeros trans.

Logramos la igualdad jurídica. Toca el turno, ahora, de la Igualdad Social.

Otro beso..

16 de julio de 2010, 15:26

Brillante. Estoy muy contento. Por vosotros, primero. Pero también por nosotros: si un día ganan los fachas cuantos más países tengan esta ley menos se atreverán a tocarla en España. (Al menos eso espero) Lo veo bastante claro: es una onda que resultará imposible de detener. Bravo, bravísimo. Bienvenidos a un mundo un poco más justo.

16 de julio de 2010, 16:27

Se me ha erizado la piel. El corazón late con fuerza y las lágrimas de emoción asoman tímidamente frente a la pantalla. Me siento muy feliz por vosotras y vosotros. Espero que no te moleste que me lleve tu fantástico relato de la noche en que la libertad se hizo real a tu tan amado foro... Abrazo interoceánico inmenso, intenso, para toda tu familia y para ti.

17 de julio de 2010, 1:38

Queridos Eastriver y Espe:

¡Le debemos tanto a España! Pedro Zerolo estuvo con nosotros esa noche mágica, acompañándonos con sus vibrantes palabras.

La Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, nació, precisamente, en 2.005, año en que se sancionó en España la ley de Matrimonio igualitario. España nos guió en la estrategia, así como creemos, Argentina inspirará a otros paises de Latinoamérica y el mundo.

Espe... lleva el relato donde pueda ser útil. Es un honor para mí.

Abrazos infinitos...

17 de julio de 2010, 4:30

Hermosísimo relato, pareciera que recorro con mis propios pies esa misma plaza... No queda más que decir, sino FELICIDADES! Su esfuerzo perenne rindió frutos y a nosotr@s nos hace ver una luz, que aunque lejana...muy brillante.

Un beso! =)

17 de julio de 2010, 9:21

Linda:

¡Muchas gracias!. Posiblemente, Uruguay y Brasil, en breve, tengan su Ley de Igualdad.

Luego de la conquista de México D.F. ¿por qué no soñar con una Ley de Matrimonio en tu tierra?

Un abrazo a ti y tu señora.

17 de julio de 2010, 14:57

Qué emocionante lo cuentas.. conocía la historia de Rosa Park,creo conocer esa sensaciòn inolvidable.. día histórico para Argentina..enhorabuena a todaslas personas que lo hicieron posible..

18 de julio de 2010, 12:51

Hermosa Ico:

Esta sensación de ser libres e iguales es indescriptible. En mi experiencia vital, sólo comparable al 30 de Octubre de 1983, en que retornamos a la democracia.

Se siente muy suavecito, muy calmo, muy diáfano...

Un abrazo profundo.

18 de julio de 2010, 13:18

Maga, querida, qué crónica conmovedora..

no hay mucho que agregar, sólo sonrisas y lágrimas
y vida, claro

ahora hay que vivir a la altura de lo smejor de nostrxs mismxs

abrazo inmenso

19 de julio de 2010, 20:22

Sabia y profunda Arha:

Lo mejor de nosotrxs mismos, ayudando a los demás, que también nos necesitan.

Abrazo al alma...

20 de julio de 2010, 4:21

Dijo María Rachid, en Pág. 12:

"Dimos un gigantesco paso hacia un país justo, libre e igualitario. Y queda mucho por hacer. Es necesario aprobar la ley de identidad de género y de atención sanitaria para las personas trans, para que puedan cambiar sus datos registrales (DNI, partidas de nacimiento y padrones electorales) y acceder –si lo desean– a tratamientos y cirugías de reasignación de sexo, sin necesidad de una autorización judicial que suele llevar muchos años. También tenemos que derogar los Códigos de Faltas y Contravencionales, cuyos artículos discriminatorios son utilizados para perseguir a nuestra comunidad en varias provincias del país; modificar la ley antidiscriminatoria para que nos incluya y para que sea una buena herramienta contra la discriminación, incluir la diversidad sexual y la no discriminación en los contenidos de la educación sexual y derogar la resolución que nos prohíbe donar sangre, entre otras cosas."

Y agrega, refiriéndose a la Igluadad Social:

" Porque las lesbianas, gays, bisexuales y trans somos también trabajadoras y trabajadores, migrantes, indígenas, jóvenes, personas con discapacidad, mujeres, adultos mayores, afrodescendientes... Y también queremos una Argentina justa para todos y todas. Queda mucho por hacer para que todos seamos iguales en trato, oportunidades y derechos"

20 de julio de 2010, 10:53

Ay, Maga... no tengo muchas palabras. Te acabo de leer y estoy al borde de las lágrimas de la emoción por lo que compartís.
Sin dudarlo, voy a hacer que mi madre te lea. A sus 63 años, me dijo con palabras bien claritas "lo que le afecta a mi hija, me afecta a mí como madre, y yo quiero saber". Creo que parte del saber, además de tenerme a mí como cuento con patitas, es leer este cuento maravilloso que dejás volar al viento.
Me voy con mi cursilería a otro lado.

Un gran abrazo

20 de julio de 2010, 13:57

Querida Siciliana:

El honor es mío, si querés compartir con tu madre esta crónica. Todo lo narrado es real y describe los inolvidables días del 13-14 y 15 de Julio.

Mañana, 21 de Julio, se promulga la Ley. Se realizará un acto enla Casa Rosada, con la Presidenta, las organizaciones GLTB y los artistas que nos apoyaron.

¡Qué lo disfrutes!

20 de julio de 2010, 14:55

Excelente relato, me siento identificada con los sentimientos desparramados en este texto. Tu blog me mostró otro camino de lucha y militancia al que me sumo.Gracias a vos por seguirme.Vamos por la conquista de más derechos!!

20 de julio de 2010, 15:11

Abrazo Juanita!

Bienvenida!

21 de julio de 2010, 2:59
Anónimo  

Yo vengo a saludar a varios días, en el deseo de que haya podido descansar y celebrar, las dos cosas, como usted y su compañera se merecen, pero como soy una hincha, vengo a hinchar por ustedes y a pedirles que tras el descanso: sigan pa´lante, sigan que las sigo!

21 de julio de 2010, 13:37

Maga: lo vivo nuevamente cuando leo el relato, me conmuevo, me emociono, siento todo a flor de piel, fuimos parte del cambio, estuvimos y peleamos. Por más evolución.
Moría por estar en esa plaza con tere (que si fue), gracias a vos sentí que estuve ahí por un ratito, abrazándola y festejando.Muchos de hacerlo visible presentes. Beso grande

10 de agosto de 2011, 18:57

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