Sí, precisamente en el Antiguo Testamento. (No todo es Sodoma y Gomorra o maledicencias contra las uniones de gays y lesbianas, si sabemos buscar).
El amor que mutuamente se profesaban Ruth y Noemí (Ruth 1:14) excedía en mucho el de la relación suegra-nuera, y aunque Ruth fuere obligada por las circunstancias históricas y religiosas a casarse con Booz (a fin exclusivamente de perpetuar su descendencia), esa unión implicó un marco de amparo, contención y seguridad para el amor de las dos mujeres.
Esta Declaración que seguidamente paso a transcribir, contiene una gran belleza y es considerada como sagrada, precisamente en las Consagraciones de Unión espirituales entre dos personas (de igual o distinto sexo).
Dice Ruth a Noemí lo siguiente (Ruth 1:16-17):
'No insistas más en que me separe de ti. Donde tú vayas, yo iré; donde tú vivas, yo viviré; tu pueblo es mi pueblo, y tu Dios es mi Dios; donde tú mueras, yo moriré y allí me enterrarán. Juro hoy solemnemente ante Dios que sólo la muerte nos podrá separar.
Recordemos que la Biblia ha sufrido miles de Glosas y Comentarios Marginales, además de Libros Perdidos y otros directamente suprimidos por el Emperador Constantino, conocidos como Apócrifos, sobre todo, en los primeros 400 años del Catolicismo.
Volviendo a nuestra historia, hay que agregar que –nada menos- cuando Ruth se 'une' a Noemí (Ruth 1:14) se emplea el mismo verbo usado para describir la unión de Adán con Eva como una sola carne (Génesis 2:24).
Esta Declaración suele emplearse cuando alguien se casa (sobre todo en México), pero no es la única historia positiva sobre la homosexualidad en la Biblia…
Otro relato bíblico, el de David y Jonatán, ocurre en la época en que la relación varonil entre guerrero y amante era común y, además, noble. El triángulo trágico de pasión, celos e intrigas políticas entre Saúl, Jonatán y David, es una franca expresión de amor entre personas del mismo sexo, cuando leemos: "¡Angustiado estoy por ti, Jonatán hermano mío! ¡Con cuánta dulzura me trataste! Para mí tu cariño superó al amor de las mujeres". (2 Samuel 1:26).
El autor bíblico, indudablemente, está al tanto de la varonil belleza clásica de David (1 Samuel 16:12) en este relato de amorosa lealtad (1 Samuel 18:1-5), con encuentros furtivos (1 Samuel 20:1-23, 35-42), besos y lágrimas (1 Samuel 20:41), rechazo al alimento (1 Samuel 28:32-34) y el pacto de guerrero y amante que David mantiene hasta la muerte de Jonatán (1 Samuel 20:12-17, 42). Uno no puede leer esta otra historia sin deducir que Jonatán era el amor de la vida de David.
¡Los muchos siglos de interpretaciones homofóbicas y lesbofóbicas de la Biblia mantuvieron ocultos estos textos en el clóset por demasiado tiempo!
Es quizá, época de Revisionismo.