La Homosexualidad en la Publicidad
La última publicidad de Claro -una metáfora de 200 millones de usuarios de telefonía móvil diciendo ‘te amo’- incluía el hallazgo de una parejita de gays sentados en un banco de plaza, la cabeza de uno apoyado en el hombro del otro.
Rápida como un fogonazo, la imagen duraba sólo un segundo y se mezclaba con otras igualmente plurales. Chicas negras enamoradas de muchachos blancos, un señor mayor de la mano de una mujer joven, etc. Me sorprendí gratamente al descubrirla. Sería la primer publicidad televisiva que incluyera, expresamente, la homosexualidad y la diversidad, con una voz en off, diciendo “En Claro celebramos la preferencia” (tu preferencia, ames a quien ames).
¡Bien por Claro!, me dije entusiasmada. Me apresuré. La nueva versión eliminó a los dos chicos y la reemplazó por una novia con tocado en la cabeza y ramillete de gardenias, que se cuelga del cuello del marido.
La misma voz: “Celebramos la preferencia” (entiéndase, esta vez, de un hombre por una mujer) ¿Quedó claro? Qué curioso: ¡Justo cuando se está por debatir en el Congreso argentino un proyecto de Ley que autorice el matrimonio entre personas del mismo sexo!
¿Bergoglio y el lobby fascista-homofóbico haciendo de las suyas?
Hasta ahora, las lesbianas y homosexuales tenemos destinadas las propagandas de Cinzano, Absolut y Gancia, como para ratificar que lo nuestro es la noche, el snobismo y las copas. Un cliché estereotipado que no roza la realidad de las familias alternativas.
Más claro, echále gancia.